Desde su llegada al Madrid, Courtois está siendo noticia por todo menos por hacer paradas decisivas que le den victorias a su equipo. El último episodio de la gastroenteritis y la nebulosa sobre cómo y cuando empezaron los mareos tampoco le está haciendo ningún bien al belga. Lo único que se ha sabido sobre el tema es un balbuceo de Zidane en rueda de Prensa que no ha ayudado a esclarecer demasiado el caso. Sin parte médico de por medio quizá no hubiera sido mala idea que alguien con peso en el club saliera a dar una explicación coherente para una situación, cuando menos, extraña.

Lo cierto es que tiene toda la pinta de que ante el Granada el titular va a ser Areola, al que han bastado un par de buenas salidas por alto y una gran parada ante el Brujas para ganarse la simpatía de la afición. El público del Bernabéu le ha cogido la matrícula a Courtois, en parte porque de momento no para ni los taxis, y en parte porque la mayoría entiende que su llegada fue un capricho presidencial innecesario ante el buen rendimiento mostrado por Keylor Navas. Le han dejado libre el camino de la titularidad y se le ha puesto cara de susto. De momento nadie duda de su calidad como portero, pero ser bueno no te garantiza triunfar en el Madrid. Necesitas ir sobrado de personalidad y crecerte ante la adversidad y, hasta ahora, el belga se está arrugando como una pasa.