Casemiro y el plus de disponibilidad
Ahora que se acerca poco a poco el frío conviene que Casemiro se hinche a zumo de naranja para coger reserva suficiente de Vitamina C y que no le pille un resfriado en toda la temporada. Por increíble que parezca en un club con casi 700 millones de presupuesto, el brasileño no se puede coger ni un día de descanso en la oficina porque no hay otro futbolista en la plantilla que le pueda sustituir con cierta solvencia. El mediocentro asume el reto sin rechistar, se deja el alma en cada partido y encima tiene arrestos suficientes para meter un gol que evita una debacle, pero sería un milagro que pudiera mantener este nivel hasta que termine la campaña.
En un equipo plagado de futbolistas de calidad obligados a aparecer en los momentos decisivos, suena extraño que el único imprescindible para todos sea el mediocentro defensivo, pero así es la realidad de este Real Madrid. Los presuntos eruditos del fútbol que trabajan en el club siguen vendiendo que Zidane entrena a un plantillón, pero es imposible comprar esa teoría cuando es evidente que si un día de partido importante el entrenador no pudiera contar con Casemiro el aficionado madridista se pondría a temblar. De miedo y de angustia.