El nuevo Messi

Los periodistas tenemos querencia por el tópico, que a veces es una tabla de salvación. Y por eso hay choques de trenes, fiestas de la democracia, marcos incomparables, secretos mejor guardados, batallas contra una larga enfermedad, la antesala de los Oscar o jugadores que han nacido para el gol y para nada más que el gol. Otro tópico que vertebra las páginas futbolísticas desde hace años es lo de "El nuevo Messi". Cada temporada nace uno nuevo, no necesariamente en el FC Barcelona. Este año ha brotado con bastante rapidez, probablemente por el cambio climático. Si tiramos nuevamente de tópico podríamos decir que el gordo ha sido madrugador.

Cuando te ponen la etiqueta de 'Nuevo Messi' llevas a la espalda la carga de una maldición pesarosa. Hay un futbolista llamado Lionel susurrándote al oído, como una mala resaca de domingo: "Cinco balones de oro. 36 títulos. Mejor jugador del mundo. A ver qué haces con eso, chaval". A Bojan Krkic se le puso el calificativo con apenas diecisiete años, algunos hasta se lo adjudicaron cuando era niño y daba pelotazos en la plaza de su pueblo. A Bojan aquella presión añadida le supuso jugar bastantes partidos con ansiedad e incluso dejar de ir a la Eurocopa del año 2008. En una entrevista en la 'BBC Radio' confesó que al salir del Barcelona rumbo a Italia no viajaba como Bojan, viajaba como una nueva estrella, un nuevo Messi. En su pasaporte aparecía directamente la foto del argentino sonriendo. "Y nada puedes hacer contra eso", decía.

Creo que debería existir una asociación de ex nuevos Messis donde los jugadores otrora señalados comentasen sus frustraciones frente al calor de una chimenea. Porque si comienzas tu carrera deportiva con el credencial de 'El nuevo Messi' ya sólo te queda la opción de decepcionar. Es imposible vaticinar si Ansu Fati es el nuevo Messi —si es que existe tal posibilidad, todavía no se ha demostrado—, lo que sí podemos decir a estas alturas de la Liga con total seguridad es que Benzema es el nuevo Benzema.