Nairo rompe el matrimonio
Nairo Quintana aprovechó el primer día de descanso de la Vuelta, al que llegó vestido de rojo, para anunciar un secreto a voces: "Este matrimonio se va a romper". Nairo deja el Movistar para correr en el Arkea continental francés, como ya se sabía. Y lo hace después de unos meses con un ambiente enrarecido en el equipo, reconfirmado el domingo por las airadas protestas de Marc Soler cuando el director le paró en Cortals d’Encamp para esperar al colombiano. Soler, por cierto, no llevaba razón, porque ya sabía cuál era su cometido cuando entró en la fuga inicial. Por eso pidió disculpas, ya en frío. El incidente se une a los desencuentros y las contradicciones que se vivieron en el último Tour, donde las malas relaciones de Quintana con sus compañeros quedaron públicamente reflejadas.
La confirmación interna de la marcha de Nairo quitó las caretas en Francia y destapó el malestar. El colombiano se va porque ya no tiene sitio aquí. Esa es la realidad. El propio Eusebio Unzué, mánager del Movistar, ha roto igualmente con su representante, Giuseppe Acquadro, que también lo es de Richard Carapaz, el campeón del Giro, otro que se marcha, el mismo que corrió un critérium sin permiso seis días antes de la Vuelta y se lesionó. Quintana anunció su adiós con palabras de agradecimiento. Normal. Nairo le debe al Movistar todo lo que es: ganador del Giro y de la Vuelta, y podio en el Tour. Y también al revés. Sería bueno que en esta despedida fueran de la mano por un bien común, y que Alejandro Valverde y Nairo Quintana se siguieran entendiendo para tener una salida por la puerta grande.