Casemiro se tuvo que multiplicar
El sistema de 1-4-4-2 con el que Zidane dispuso al equipo en el estadio del Villarreal provocaba que Casemiro, acostumbrado a jugar él solo de mediocentro defensivo, tuviera que compartir posición con Toni Kroos. De la misma manera, esta estructura obligaba al brasileño a coger mucha más altura en el juego de lo que es habitual y provocaba que la distancia entre él y los centrales fuera mayor que con el 1-4-3-3 con el que el equipo lleva años jugando.
Pues a pesar de que tuvo que ocupar más campo y asumir mas responsabilidades de las que suele tener a su cargo, realizó un buen trabajo y deja la sensación de que en este curso ha vuelto a ser ese futbolista imprescindible para el equipo a la hora de solucionar los problemas defensivos que a día de hoy tiene el Real Madrid. Queda un largo camino por recorrer para ser un conjunto fiable, que controle el desarrollo de los partidos y someta a los rivales.