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Un susto aleccionador

Las selecciones de Sergio Scariolo tienen fama de ir de menos a más en los grandes campeonatos, en progresión ascendente. El propio técnico confirmó esta premisa en sus declaraciones previas al debut de España en el Mundial: "No queremos estar al cien por cien en este primer partido". Scariolo sabe que donde hay que "echar la leña" es a partir de la segunda fase, cuando aparezcan equipos como Serbia o Italia. Lógico. Antes, eso sí, hay que ganar tres choques ante tres rivales de menos nivel. El primero, Túnez, ya está en el zurrón, con un marcador bastante holgado: 101-62. Viendo este resultado, cuesta creer que la Selección perdiera el primer cuarto (16-17) y llegara a estar diez puntos por debajo (19-29) en el segundo. La tenaza del estreno, posiblemente. O un discurso inicial equivocado.

El partido empezó con un triple de Ricky Rubio y una canasta de dos de Marc Gasol, un 5-0 puesto en el contador por los dos jugadores que están destinados a conducir a España en esta Copa del Mundo. Luego vino la caraja general, el cielo nublado, una Selección desconocida. No duró mucho, por fortuna. Dos triples consecutivos de Sergio Llull señalaron el camino de un parcial de 14-0 que volvió a poner la sensatez sobre la cancha. De paso se demostró que la fuerza está en el grupo, aunque unas hormigas sean reinas y otras obreras. Ricky volvió a ser el líder, pero a su alrededor se movió un equipo. Ahora quedan otros dos partidos de la primera fase: Puerto Rico (lunes) e Irán (miércoles). Hay que ganarlos, y seguramente se conseguirá sin alcanzar el cien por cien. Pero no hace falta que se nos note. Mejor sin sustos.