Dulce Ricky y matador Llull
Al mando del base (17 puntos y 9 asistencias) y del madridista (16 puntos), España rompió a Túnez en el tercer cuarto (30-8 de parcial) y firmó la primera victoria del Mundial.
Un tercer cuarto atronador de un dulcísimo Ricky y un Llull matador despejó el camino de España en el debut ante Túnez, resuelto con una aplastante primera victoria que ya anunciaban todas las casas de apuestas. El base de El Masnou se presentó en Guangzhou como lo había hecho en una entrevista reciente: "Siento que tiene que ser mi Mundial". A su ritmo, a sus bellísimas canastas a aro pasado y a sus golpes de talento, se encarriló un partido algo inestable en la primera parte, pero feliz y fácilmente resuelto a la vuelta del vestuario con un parcial de 30-8 en el tercer cuarto. Si el estado de clarividencia de Ricky hace feliz a la Selección y viene de todo el verano, mucho más ese reeencuentro de Llull consigo mismo. Algo bajo al inicio de la concentración, los técnicos de la FEB coinciden en que la semana en Estados Unidos, aquellos entrenamientos en el modesto gimnasio del Saint Bernard High College, le hicieron mucho bien. Y aquí está Llull, felizmente recuperado con sus mandarinas y su hambre por comerse el Mundial. Ricky ya estaba; Llull ha llegado a tiempo. Scariolo lo retiró en el minuto 33 en medio de una ovación que él agradeció. Se siente de vuelta y eso es importante en vista a empresas más difíciles.
España empezó el Mundial con relativo susto. Un parcial de 3-17 permitió a Túnez escaparse 19-29 y encoger brevísimamente los corazones de manera inesperada. La Selección había cumplido el plan pedido por Scariolo en la previa: tener impacto de salida. Pero duró menos de la cuenta. Después de abrir dos pequeñas brechas (7-0 y 11-4), el ataque se secó. Era innegociable gestionar bien los minutos y mientras España terminaba el cuarto con un quinteto radicalmente distinto al que empezó el partido, Túnez no dosificó. Mejri jugó muy fácil y pronto apareció también Roll. La tempranísima tercera falta de Bem Romdhane no le hizo cosquillas a Túnez.
El carrusel de piezas cuadró con la entrada de Colom. El base de Andorra inició una carga de cuatro triples consecutivos. Dos de ellos los hizo Llull, más cómodo en la posición de escolta. Y uno más de Rudy, jugando de tres, devolvió a España la ventaja con un parcial de 12-0 que estiró hasta el 33-29. Túnez no se arrugó y se mantuvo firme hasta del 42-39 del descanso al que se llegó con unos números extrañamente parejos entre la selección número dos y la 51 del ránking: 15 rebotes en los dos equipos y un 52 y 53 por ciento de acierto en el tiro. España al descanso sólo había ido dos veces a la línea de tiro libre.
Después de aclarar las cosas en el vestuario del Guanghzhou Gymnasium, Scariolo repitió en el tercer cuarto el quinteto de salida: Ricky, Rudy, Claver, Juancho y Marc. España empezó como en la primera parte, con un parcial de 7-0. Pero esta vez sí tuvo continuidad y en menos de cinco minutos, y manteniendo ese quinteto, España ya había encarillado el partido (59-42). El parcial en el cuarto, 30-8, dejó claras dos cosas. Una, que primero Ricky y luego Llull habían abierto ya el grifo y que a Túnez ya no le quedaban ideas para frenar la sangría. Otra, que en ese vestuario al descanso se había consensuado que había que subir un punto el nivel defensivo. Con todo cuesta abajo, y con Marc todavía a su ritmo porque los días grandes están por llegar, Ribas y Juancho también tuvieron tiempo de completar unos buenos números y Oriola de empezar a coger unas sensaciones que a él le llegan en forma de energía y rebotes ofensivos. A Scariolo le sobraron minutos para seguir probando futuras situaciones. España, con el prurito de rebasar los cien puntos gracias a una última canasta de Beirán, tachó la primera aspa en su ruta por Guangzhou. Seguimos hacia Puerto Rico.