El Niño lo deja, nos queda su lección

Recuerdo perfectamente el día que Torres volvió al Atlético, con un Calderón lleno de aficionados deseosos de verle. No había ningún partido importante en juego, no estaba en disputa un título. Pero Fernando volvía a casa. Y pocas veces me hizo tanta ilusión en mis 30 años en el AS como ese primer día en Majadahonda tras el retorno del Niño. Aunque estuvo años fuera del Atlético, nada había cambiado: la misma sonrisa, la misma sencillez, la mismas ganas de agradar al más de un centenar de seguidores que esperaban su firma... Ahí estuvo media hora, una hora... Ahora Fernando deja el fútbol. Un jugador que lo ha ganado todo y que representa como ninguno lo que es club rojiblanco. Se ganó el respeto de la gente del Atlético y de sus rivales, de las otras aficiones, del mundo del fútbol... Ése ha sido su gran triunfo, aparte de títulos.

Se va el Niño y nos duele. Uno se da cuenta del paso de los años por cosas así. Pero en el fondo sabemos que Fernando estará vinculado al Atlético. Tardará más o menos tiempo, como él mismo dice necesitará formarse y luego entre todos verán en qué puede ayudar mejor a la entidad rojiblanca. Y entre medias seguro le dará tiempo a hacer la misma reflexión que nosotros: que este Atlético que ya se ha instalado de forma definitiva en la élite y que pelea por todo se empezó a gestar con la llegada de un Niño que nos hizo creer en un tiempo donde ser del Atlético era no era tan bonito como ahora.


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