LaLiga del cambio tonto de las reglas
Y, por fin, LaLiga. La inauguran hoy en San Mamés dos eternos, Athletic y Barça. Este año se cumplen 90 de la creación del campeonato, adopción del modelo inglés de “todos contra todos a partido y revancha”, como decían los clásicos. Tebas había planeado una especie de fiesta inaugural para este viernes en el joven aunque ya egregio San Mamés, pero las dudas de si viernes sí o viernes no, que no se aclararon hasta hace una semana, la mandaron al limbo. Así que hay viernes, pero no hay fiesta, como no habrá lunes... por ahora. El lunes tiene más tradición que el viernes, pues data de hace casi 20 años, pero fastidia más.
No habrá fiesta y tampoco estará Messi, pero sí una batería de novedades reglamentarias, puras sandeces excepto dos, que vienen a remediar simplezas a su vez introducidas hace 9 años. Hablo sobre el derecho del ganador del sorteo de campo (de nuevo puede optar entre elegir campo o sacar) y sobre la tarjeta visible al entrenador y auxiliares, que se quitó en su día, a saber por qué. De unos años acá, cada uno que pasa quiere dejar su cagadita metiendo novedades que no vienen a remediar nada. Sólo recuerdo una innovación indudablemente positiva: la prohibición de ceder al portero.
La más llamativa este año va a ser que en el saque de portería los defensas podrán recibir en el área, no tendrán que esperar fuera. Enseguida, Lopetegui en el Sevilla y Lage en el Benfica idearon que el portero levantara el balón con el pie a un defensa muy próximo, que le cedía de cabeza, y así hubo que reformar la reforma para prohibir eso. El caso cuenta cómo van improvisando estas gentes que rigen el fútbol. Tiempo atrás existió un torneo juvenil en Mónaco, que, por cierto, encumbró a López Ufarte y Míchel, en el que se experimentaban ocurrencias de nuevas reglas para descartarlas. Ahora no hay filtros para el calenturiento adanismo de los rectores de hogaño.