Entrenador y hombre de club

No nos vayamos por las ramas y seamos muy honestos y muy claros: Zidane no ha pedido el fichaje de Neymar. Las cosas como son. En la lista de la compra que presentó el entrenador galo cuando aceptó volver al banquillo del Madrid no aparecía ni una sola letra de las que componen el nombre del delantero brasileño. Y no hay ninguna duda de que la llegada de Paul Pogba sigue siendo su prioridad absoluta de aquí al 2 de septiembre, fecha de clausura del mercado.

Es una cuestión puramente deportiva, puramente táctica, que no tiene nada que ver con el ego de una persona que ha recibido una promesa. Zizou piensa que el jugador del Manchester United es necesario. La posibilidad cada vez más real (y así se ve en Francia) de que Neymar acabe en el Madrid trastorna bastante los planes deportivos del técnico nacido en Marsella, pero estoy convencido de que sabrá resolver esta nueva situación con su inteligencia, su buen hacer y su mano izquierda.

Porque Zidane es muy madridista. Porque Zidane es un hombre de club que exige el máximo respeto a su poder en el vestuario, pero que conoce perfectamente el funcionamiento de una entidad tan importante. Un entrenador fiel a sus colores capaz de entender que, a veces, existen intereses superiores y ocasiones que no se pueden dejar escapar. Eso sí, sería mucho más fácil que Zizou aceptase con una sonrisa el aterrizaje de Neymar si, a la vez, se cumpliera la llegada de Pogba.