Joana Pastrana vuelve a escena en fechas de veraneo. Ella no descansa, ya lo hará después. Mientras otros plantan las sombrillas, Joana se ha preparado para su máximo reto hasta la fecha. Enfrente tendrá a la aspirante oficial, Yokasta Valle, una dura peleadora, amiga de la corta distancia. El crecimiento de una deportista se alcanza con el aumento de las dificultades, con la subida de escalones cada vez más altos. Esta es la tercera defensa mundial de Joana, y lógicamente entraña sus riesgos. La madrileña no sólo los conoce y los acepta, sino que pretende convertirlos en una motivación para superar el reto. Cada vez que Pastrana sube a un ring, lo hace mejor preparada, con más experiencia y con sus puntos débiles más pulidos. Ante Yokasta va a necesitar darlo todo. Justo lo que se espera de una campeona.

El nuevo desafío de Joana no sólo está dentro del cuadrilátero, sino en el escenario propuesto para la ocasión: el Arena Marbella, una remodelada plaza de toros con capacidad para 5.400 personas. Media entrada ya sería más aforo del alcanzado en Moralzarzal, que no estuvo mal. Poco a poco, Joana Pastrana y el boxeo femenino toman atractivo para el público… Y también para los organizadores, que en este caso han contactado con ella para celebrar el primer evento pugilista en el nuevo coso. Y para los patrocinadores, que se acercan más a la madrileña: en su última pelea sólo tenía Capitán Mani y ahora se han sumado Oysho, Primor y LaLiga. Y para los medios de comunicación, donde sus apariciones, cada vez más frecuentes, han elevado su tirón. Puerto Banús debería ser este domingo un reflejo de todo ello.