El caso Sun Yang regresa al podio
Una jornada excepcional en el agua −el británico Adam Peaty batió el record mundial de 100 braza y Katie Ledecky sufrió a manos de la australiana Ariarne Titmus su primera gran derrota en los 400 metros− se distinguió por un gesto en el podio, donde el australiano Mack Horton, segundo en los 400 libre, se negó a saludar a Sun Yang, ganador de la prueba, como protesta por el caso que envuelve al nadador chino.
Sun Yang ha sido declarado inocente por la FINA, máximo organismo de la natación, en la investigación por el incumplimiento de las normas antidopaje. Sancionado con tres meses de suspensión retroactiva en 2014, en medio de un proceso secretista que provocó una polvareda, Sun Yang se negó a cumplir el procedimiento para depositar una muestra de su orina en un control realizado en su domicilio en septiembre de 2018.
Horas de controversia entre su grupo y los oficiantes del control terminaron con Sun Yang machacando el vial con su sangre, prueba a la que sí había accedido. La FINA consideró que se habían producido defectos de forma y rechazó la sanción. Se ha sabido hace escasos días por una filtración al diario australiano Daily Telegraph. Tampoco se tramitó el procedimiento de urgencia ante el Tribunal de Justicia Deportiva (TAS) porque ningún organismo lo reclamó, hasta que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) presentó una denuncia. El caso no se verá hasta septiembre, una vez celebrados los Mundiales.
Figuras como Horton consideran que la FINA concede privilegios intolerables a Sun Yang y es débil en la lucha contra el dopaje. Horton ya criticó con fiereza a Sun Yang en los Juegos de Río. Ahora se repite la escena. No será la última en este Mundial.