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NATACIÓN | GWANGJU 2019

Sun Yang se rebela con un oro

El chino ganó de manera brillante los 400 libre, suma su décimo oro individual y su cuarto título seguido y lo celebra con rabia haciendo reverancia al público.

Corea del Sur
Sun Yang.
ED JONES

El programa había deparado que el nadador más polémico de los Mundiales de Gwangju nadará la primera final. La expectación era máxima por su caso de dopaje que se resolverá en septiembre, audiencia a la que irá como campeón del mundo de los 400 libre. Un oro ganado con brillantez, como los otros nueve anteriores de su carrera en Mundiales, un récord que lo sitúa solo por detrás de Michael Phelps en la lista de nadadores con más títulos individuales.

El nadador chino, aplaudido en la grada y ovacionado por un club de fans chino que portaron hasta pancartas con su rostro, su nombre y un lema "China creciendo", lideró la prueba a partir del 200, con esa parte final de carrera que es igual de efectiva que un constante martilleo. El lituano Danas Rapsys lanzó la carrera en el primer 50 nadando por debajo del récord del mundo, como luego lo haría el australiano Jack McLoughlin. Es lo habitual. El récord de Paul Biedermann (conseguido en el Mundial de Roma 2009 con bañador mágico) es una trampa: pone el cebo los primeros 200 metros, pero luego se aleja, inalcanzable, de otro planeta, vigente una década después.

En el 200 llegó el momento de Sun. El chino fue regulando, con un tiempo por cada 50 ligeramente inferior al de sus perseguidores. Apretó Mack Horton por la calle 2, lo que llevó hasta la plata (3:43.17) mientras que el italiano Gabriele Detti repitió el parcial y se colgó el bronce (3:43.23). Antes, eso sí, había tocado un intratable Sun Yang (3:42.44), que espero paciente a que la piscina quedara vacía. Él, en la calle 4, alzó los brazos ante el aplauso del sector chino, repicó sus brazos contra el agua fuertemente hasta tres veces. Liberó la rabia que llevaba dentro, siempre desafiante Sun, de carácter fuerte, que fue saludado por algunos de sus competidores.

Ya fuera, hizo reverencias a los dos costados de la grada y apretó los puños contra la cámara que le estaba grabando a un metro. No era para menos. Desde 2013, el nadador ha obtenido cuatro oros en esta disciplina. Sun se ha ganado ser uno de los grandes de la historia acuática. En septiembre se juega, eso sí, su futuro deportivo y su credibilidad.