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Bale y la educada firmeza de Zidane

La noticia de la presentación del Madrid 19-20 (segunda centuria) no ha sido su derrota, sino que Bale no se vistió. Jugaron tropecientos madridistas, primero los titulares, luego los suplentes y por fin algunos suplentes de suplentes, canteranos invitados a la excursión. Pero Bale no se vistió, lo que habla de la firmeza, envuelta de palabras educadas, de Zidane. Aquel capricho de Florentino, que se emocionó cuando vio su imagen en la esquina de Times Square, a toda fachada, como icono publicitario de la Premier, no tiene sitio en el Madrid de Zidane, que no gasta fanfarronadas, pero es firme.

Ya veremos dónde, cómo y por cuánto lo coloca el Madrid. Aquel dineral que se pagó por él está amortizado, pero traer a Pogba aconseja allegar más fondos por las salidas. Zidane lo quiere (también lo dice educadamente, pero me figuro que su propósito es igual de firme que el sacar a Bale) y es cosa del club arreglar esto. Él no se quiere ir. El problema es que nadie está seguro de que sea futbolista al que aflija que le marginen. Ya explicó hace poco lo que él entiende duros inconvenientes de la vida de futbolista. Es mejor que te paguen sin molestarte, dejándote todo el tiempo libre para el golf. No sé cómo acabará esto.

En cuando al partido en sí, Zidane aprovechó para anunciar las jerarquías con su alineación del primer tiempo y la del segundo. En el primero el Madrid no jugó mal, pero le faltó remate o sea, otra vez Cristiano, hasta que alguien venga y lo remedie. El segundo fue un pequeño desastre, en parte remediado por Keylor, que está muy bien, y por el golazo de Rodrygo, el gran consuelo del partido. También se vio alguna cosita de Kubo. Respecto a Vinicius, hemos podido comprobar que no le entusiasma a Zidane. Todo junto, en fin, dio poco de sí. Un Madrid provisional, a la espera de que venga Pogba para sacudir la modorra y de que se vaya por fin Bale.