Un oro sin plaza olímpica

Las campeonas de Europa de baloncesto nos honraron este lunes con su visita a la redacción de AS. Después de conquistar siete medallas internacionales consecutivas, siete años sin fallar, se ha convertido casi en un clásico. Si repitieran el próximo curso, sería una gran noticia, porque la racha seguiría y porque habrían vuelto a subir al podio en los Juegos Olímpicos. De momento, ni siquiera están clasificadas, por una incoherente reglamentación de la FIBA, que sólo otorga dos plazas fijas: una para la anfitriona Japón y otra para la campeona del mundo, Estados Unidos. El resto de equipos, hasta completar doce, se las tendrán que jugar en el Preolímpico. No importa que hayas sido oro en el Eurobasket, como es el caso de la Selección, que además lo ha logrado por partida doble en el mismo periodo olímpico.

Esto no funcionó así en los anteriores Juegos, la cosa es nueva. Entonces, Serbia ganó el título europeo en 2015 y entró en Río 2016. A España no le vale ahora el mismo oro para Tokio 2020, cuyo acceso pasa por ese extraño Preolímpico que también disputarán EE UU y Japón, aunque no podrán ser eliminadas. ¿Para qué van? Habrá cuatro grupos de cuatro países, y el último de cada uno se irá a casa, por lo que puede darse que África, con dos selecciones en esa fase, se quede sin representante, lo que rompe la vocación universal del olimpismo. Este Eurobasket sólo ha servido para asignar las seis plazas del continente a ese torneo de clasificación. Un invento que no premia los resultados del ciclo olímpico, sino que busca calzar otra competición FIBA en pleno febrero, con poco sentido de la justicia y del equilibrio.