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Ceder a Luca es lo mejor para Zidane

Me alegra saber que el Madrid está descartando la idea de tener a Luca Zidane como segundo portero y que prefiere cederle. No ya por si el chaval tiene o no condiciones, aunque personalmente creo que lleva poca mili a las espaldas como para convencernos de que la portería estaría segura en eventuales ausencias de Courtois. Pasar de Keylor de primero y Courtois de segundo, o viceversa, a Courtois de primero y Luca Zidane después, es bajar dos peldaños. Tampoco Lunin, por cierto, ha presentado todavía credenciales para esa responsabilidad, viene de un año de suplente de Cuéllar en el Leganés, pero al menos no es el hijo del entrenador.

Y es que ese no es un asunto baladí. Sea bueno o malo, tenga o no grandes méritos (que para un caso así hay que tenerlos superiores) no es bueno que el hijo del entrenador esté en la caseta. Condiciona la atmósfera del vestuario, provoca un ambiente antinatural. Para el futbolista es un necesidad, y me atrevería a decir que hasta un derecho, rajar del entrenador cuando le cambia, cuando da una paliza en un entrenamiento, cuando le encarga una misión que no le gusta. En esos casos, el jugador (los jugadores) necesitan desahogarse en el espacio cerrado del vestuario, hasta en su caso vociferar, tirar la bota al suelo.

A Daucik le fue muy bien la carrera de entrenador en España hasta que empezó a ir con su hijo Yanko bajo el brazo, de club en club, cuesta abajo en la rodada. A Kubala le echaron del Espanyol por empeñarse en meter a su hijo Branko. A Cruyff le echaron del Barça a raíz de meter a su hijo Jordi, más su yerno Angoy, por si fuera poco. A Michel le bajó el Castilla a Segunda B mientras casi todos sus jugadores, su hijo incluido, iban encontrando destino en Primera. No importa si el hijo es bueno o es malo, peor si es malo, claro, pero el hijo del entrenador altera el ecosistema. Así que Luca cedido es mejor para Zidane.