Marcelino, de empezar sin carnet y con cortes de luz... hasta levantar la Copa
Cambiar la historia. Marcelino (Careñes, 1965) ha puesto un broche de oro a la temporada con la Copa del Rey. Ha ganado su primer título como técnico y lo hizo en el enfrentamiento número 21 con el Barcelona, al que nunca antes había ganado. Su explosión de felicidad en el Villamarín fue proporcional al sufrimiento que había padecido el técnico desde que empezó la temporada hasta el pasado 19 de enero, fecha en la que un gol de Rodrigo en Balaídos en el minuto 84, cambió el devenir del curso. En ese momento el técnico pendía de un hilo, pero el apoyo incondicional de Mateo Alemany, ese gol de Rodrigo y la remontada en cuartos de la Copa ante el Getafe, cambiaron el guion de la temporada: campeón de Copa, semifinalista de Europa League y cuarto en LaLiga.
Sin carnet. Sus inicios como entrenador fueron en los juveniles del Lealtad de Villaviciosa a pocos kilómetros de su casa. Empezó con buen pie, pues subió al equipo de Tercera a Segunda B por primera vez en su historia con el protagonismo del entonces capitán Rubén Uría, hoy su fiel compañero en los banquillos, que puso el centro a Joaquín que dio el gol del ascenso. Con el equipo en Segunda B Marcelino no tenía el título nacional, por lo que formó tándem con Pocholo. En 2001 Eloy Olaya le llamó para hacerse cargo del Sporting B y él, como hombre de Mareo, aceptó el proyecto en el que ya destacaba un chaval llamado David Villa. En 2003, con el Sporting atravesando una etapa convulsa, con retrasos en los pagos y hasta cortes de suministros Marcelino se hizo cargo del primer equipo y le llevó hasta los puestos de ascenso, que finalmente no se materializó. Ya en su estreno en un banquillo profesional Marcelino mostró ser un maniático de los detalles, exigente, trabajador y meticuloso, capaz de controlar no sólo el peso de los jugadores sino hasta su masa muscular.
Éxitos. Aquellos inicios le han llevado hasta estos éxitos. Hasta ahora había conseguido tres ascensos a Primera (Recreativo, Zaragoza y Villarreal) y clasificar al Racing por primera vez en su historia para jugar en Europa. Su primer contacto con el Valencia fue en 2008, curiosamente la noche antes de la final que ganó Koeman, pero desacuerdos en las salidas de algunos jugadores frustraron el fichaje. No fue hasta 2017 cuando llegó a Mestalla, periodo que se ha traducido en éxito: ha devuelto al Valencia a Europa, ha consagrado a Parejo, la otra pieza clave de este equipo, ha devuelto a Rodrigo a la Selección y ha demostrado con Gayà, Soler y Ferran su apuesta por la cantera: "Si un equipo se abastece de jugadores que crecen en el club se genera una identidad que ayuda a sacar lo máximo".