Se nos va uno de los grandes y que mejor que sea en el partido más bonito del año como es la Copa del Rey. A estas alturas decir algo de Alberto que no se haya dicho resulta complicado, tuve la suerte de coincidir muchos años y en muchas reuniones y os puedo decir que es la persona que transmitía calma y ponía las cosas en su contexto en momentos donde realmente hacía falta. Ha sido ese compañero discreto al que le podías ir con tus dudas que él siempre te daba esa tranquilidad en sus valoraciones y en resaltar lo bueno y minimizar lo malo.

En el campo siempre ha sido previsible, que al final creo que es una virtud dentro del arbitraje, saber todo el mundo lo que se podía encontrar. Nunca ha sido veleta arbitrando marcando una línea muy clara. No me cabe la menor duda que puede ser uno de los mejores exárbitros que por su manera de ser y conocer el arbitraje llegará a ser un gran dirigente, asesor, o cualquier puesto de relevancia que le quieran dar. Se marcha el último de los grandes del “viejo” arbitraje y simplemente hay que agradecerle que con sus actuaciones dentro y su manera de ser fuera ha honrado al arbitraje. Y no me quiero olvidar de toda esa gente que hay por detrás de un árbitro y sobre todo de su familia. Sentiros orgullosos de haber recorrido juntos este camino y muchas gracias por estar siempre ahí cuando no salen las cosas, por vosotros y para vosotros espero que hoy se cierre una etapa con una final grandiosa. Sin más, se nos va uno de los grandes.