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La feria del Barça no acabó en Anfield, ahora empieza lo bueno

La intención. Les prometo que mi idea era la de redactar un artículo reposado y constructivo tras la debacle de Anfield. Ahora, cuando en las gasolineras hay colas de culés comprando bidones de gasolina con los bolsillos llenos de cerillas, mi idea era la de bajar la pelota al suelo y tratar de mirar más allá del batacazo en Liverpool. Porque uno, como decían los galos más veteranos en las historias de Astérix, “estuvo en Gergovia”. Para muchos barcelonistas resulta inverosímil un batacazo como el del martes, pero los que vivimos Sevilla 86 ya nos vacunamos. Dolió, vaya si dolió, pero deja piel de cocodrilo ante días como el del martes.

El culpable. Pensaba escribir en ese artículo del que les hablaba que ahora lo más fácil sería disparar al entrenador. Que es lo que ya pasa (y lo que te rondaré morena) sin prestar atención a que aquí siempre salen los jugadores de rositas o llamarles la atención sobre la inexistente, o fallida en el mejor de los casos, planificación deportiva de un club que no ha sabido renovarse. Tres secretarios técnicos en cuatro años, la misma columna vertebral que el equipo que ganó la última Champions más vieja y con ausencias de peso. Todo eso quería contarles.

El estilo. También me hubiera gustado llamar la atención sobre el debate permanente del estilo de juego. Me hubiera gustado extenderme en que con la actual plantilla, el Barcelona no está capacitado para jugar a lo que le gusta a la mayoría de los socios. No por lo menos con estos jugadores. Que si se quiere volver al modelo que ha dado los triunfo hay que dar un paso atrás y estar dispuesto a estar por lo menos un par de años en barbecho. Pero aquí se quiere seguir ganando siempre porque la cultura del triplete ha devorado al propio club.

La realidad. Pero ya habrá tiempo para eso en estas semanas, porque cuando me disponía a extenderme en esos temas tan sesudos, va Laporta y anuncia que quiere elecciones ya, que se presenta en plan Los Vengadores. Y cuando uno aún no se ha repuesto del susto, aparece la foto de Rakitic en la Feria de Sevilla. Que tiene todo el derecho porque está en su día libre, pero que demuestra el estado de las cosas en el vestuario. Y eso me recuerda otra de las cuestiones que de no salir estas noticias pensaba comentar: el club está en manos de los jugadores porque saben que son los que lo sostienen. Hasta que la feria se derrumba. Y en este club, la feria nunca para.