Una mala gestión con un histórico
Vaya por delante que no es fácil gestionar el final de jugadores-leyenda. No hay más que echar un vistazo a la historia: los mosqueos de Txetxu Rojo cuando no entraba en los planes de Clemente y se quedó sin participar en los títulos; Sarabia, Guerrero, Larrazabal... la lista es interminable. Últimamente ese impacto se había amortiguado. Etxebe, Iraola y Gurpegui tuvieron una delicia de adiós, con el campo entregado a sus pies. Entonces ¿qué se ha torcido con Susaeta? Algo se ha perdido por el camino para que Urrutia no le firmase, cuando le dio por renovar hasta a los que ponen bombillas en San Mamés. Y a Elizegi, tan atento a los detalles, le faltó cintura para encarar como se merece un asunto de tal envergadura.
La incertidumbre ha afectado a Markel. Si lo primero era que Garitano renovase, con este tipo de leyendas no se puede esperar ni al minuto dos para ser claros. En realidad la opinión del técnico debería ser solo una más. El entrenador ha llegado a poner en su puesto hasta a Unai López. El domingo ni le convocó. El rendimiento de Susa no es el de aquel jugador infatigable que arrebató de tal manera a Bielsa que le hizo jugar 63 partidos en un año, sí. Ni siquiera quiso esgrimir un ofertón del United años atrás para elevar sus emolumentos. Pero ¿tantos buenos extremos hay en Lezama ya preparados para no lamentar su pérdida? Los que no le han amado jamás ahora critican al club por esta salida. ¡Vaya tela! Una entidad que admira a los One Club Man no puede lanzar por la borda a una de esas rara avis que tenía en su seno.