Sobran entradas para la final de Copa... cómo ha cambiado la historia
Los tiempos cambian. Será la crisis económica o será que el fútbol ha cambiado tanto que ahora, con esos televisores tan grandes, se ha perdido la liturgia de ir al fútbol. Ese orgullo de poder decir “yo estaba allí” es cosa de otras épocas. El Camp Nou no se llena en la mayoría de partidos y los abonados ceden habitualmente sus asientos a turistas de paso por la ciudad que ven en los partidos del Barcelona una atracción más de la ciudad. Ese comportamiento tenía en las finales la excepción, pero parece que el apoltronamiento, el síndrome de “barriga llena” como decía Guardiola también ha llegado a las finales.
Sevilla. El Barcelona confirmó que no ha podido colocar las 14.552 entradas que tenía asignadas para la final de la Copa del Rey del próximo 25 de mayo en Sevilla (y eso que se permitía al socio que solicitase una más para un acompañante que no estaba obligado a ser socio). Únicamente se han recibido 11.792 peticiones. Han quedado por colocar 2.760 entradas que la entidad ha decidido repartir entre los peñistas de Andalucía y de la zona del sur de España. El año pasado, con motivo de la final de Copa entre el Barcelona y el Sevilla en el Wanda Metropolitano, que era la última de Iniesta como jugador del Barça, tampoco se agotaron las localidades. Sobraron 2.500 que el Barcelona vendió al público en general.
Caravanas. Que esté pasando esto en un club en el que hasta no hace tanto había bofetadas casi literales para ir a una final es un signo de que los tiempos están cambiando. Ha pasado el tiempo de las caravanas a Basilea, a Rotterdam, Sevilla o Wembley, donde la gente se organizaba en la calle ante las taquillas del club haciendo noche incluso para guardar un sitio en la cola para cuando los tickets salieran a la venta. También ha pasado el tiempo en el que grupos de familiares o amigos se organizaban para enviar la solicitud de entrada por internet con fórmulas casi matemáticas para asegurar que a alguno les tocaría en el sorteo, puesto que para ir a Roma, París, Londres o Berlín las entradas iban buscadísimas. Ahora sobran.
Champions. O al menos, sobra todo aquello que no sea la Champions. Eso sí, en el portal Viagogo dedicado a venta de entradas para cualquier espectáculo se pueden conseguir entradas para la final de Sevilla desde 378 a 1.600 euros, más o menos lo que cuesta una noche de hotel en Sevilla ese fin de semana.