Esta semana uno de los nombres propios del fútbol español ha sido Gaizka Garitano. El Athletic lo renovó tras coger al equipo bordeando el descenso hasta arrimarlo adonde nadie apostaba: Europa. Muchos en A Coruña se acordaron de él. De un gran trabajo en el Deportivo que no pudo evitar su destitución. La misma sensación queda con Natxo González, vasco como él, por cierto. Gaizka se quedó sin Babel en enero y no se supo rellenar aquel vacío. Natxo perdió a Carles Gil al tiempo que Carlos caía lesionado, otro agujero sin compensar adecuadamente. Los resultados fueron castigando a Garitano hasta que llegó la guillotina en Leganés (4-0) con un equipo desnortado y hundido.

La cuchilla de Natxo fue el 0-2 del Rayo Majadahonda. Todo un baño con pañolada incluida de un Riazor indignado. Creo que a diferencia de Gaizka, el Depor de Natxo todavía tenía recorrido, pero eso nunca lo sabremos. Su salida también es un pellizco para el crédito de Carmelo del Pozo, que realizó una elección muy personal que ya es historia. Como consuelo, el director deportivo podrá ‘presumir’ de que en un su primer año logró que su apuesta se convirtiese en el segundo técnico más longevo de los ocho que han desfilado en la era Tino. Natxo llegó a 32 partidos de Liga, quedándose a 14 del recordman Víctor Sánchez del Amo. Llega José Luis Martí. Pues mucha suerte, falta le hace.