El Villarreal tuvo ganado al Barça, pero...
Día de fútbol, que empezó con Florentino presentando su lata de sardinas futurista con gran asistencia de políticos menores ávidos de retrato junto al Ser Superior y terminó con un partido soberbio, que quizá podremos colocar como el más apasionante y entretenido de lo que va de campeonato. Fue ese 4-4 del Villarreal-Barça, con dos goles culés muy al principio y otros dos muy al final, y cuatro del Villarreal espolvoreados por todo el partido. Y entre una cosa y otra, el Atlético ganó 2-0 al Girona, en un partido esforzado en el que Griezmann se reencontró con el gol y Vitolo mostró síntomas de recuperación esperanzadores.
Este sábado el Atlético visita al Barça. Será la última ocasión de al menos poder fingir que todavía hay Liga. Están a ocho puntos, por lo que de ganar el Atlético se quedaría a cinco, y podríamos decir que quién sabe. Pero pese a dejarse dos puntos en Villarreal, la sensación con que sale del partido el Barça es buena, por ese apretón final que se tradujo en un nuevo gol de Messi de falta (ésta de cañonazo a la escuadra del portero) y en el agónico remate final de Luis Suárez. Es difícil ganarle al Barça. Anoche estuvo a punto de hacerlo el Villarreal, que le llevó 4-2 hasta casi el descuento, pero el Barça tuvo orgullo de campeón.
Fue un partido tremendo, pero tenía truco: Valverde reservó a Piqué, Rakitic y Messi. La pareja de centrales Umtiti-Lenglet fue un coladero, la media no sujetó y el ataque Malcom-Luis Suárez-Coutinho empezó bien y luego se evaporó. Frente a eso, el Villarreal demostró solidaridad atrás y rapidez e inteligencia para cruzar la pradera, con la ciencia de Cazorla y la genialidad de Chuckwueze. Messi entró en el 60', y al momento llegó el 4-2. También entraron Rakitic y Aleñá. La misión parecía imposible, pero una melonada de Álvaro, que se ganó la expulsión, la facilitó. El Villarreal acabó desolado, y el Barça, feliz.