Isco y Ceballos fallaron a Zidane

El castin de jugadores al que se ha entregado Zidane deformó todavía más al Madrid ante un Huesca con ideas, vuelo y coraje. Sólo los golpes de clase de Benzema le salvaron de un nuevo chasco que añadir a su decepcionante temporada. El Madrid no tuvo armonía táctica, fue transparente en las transiciones altoaragonesas y careció de continuidad en los ataques. Fue un equipo inconsistente en casi todos los frentes. Como tantas veces le ha pasado durante todo el curso, el Huesca mereció mucho más de lo que se llevó. Su planteamiento de partido volvió a destacar a Francisco, entrenador meticuloso e inteligente que sabe organizar a su conjunto en función de lo que precisa cada encuentro. La decisión de dejar a Enric Gallego en el banquillo causó sorpresa de inicio, pero se mostró acertada al colocar a Cucho y Chimy Ávila como referencias para buscar la espalda de la defensa blanca con su velocidad. Nacho no dio respuesta como toda la banda derecha del Madrid. El Huesca se estiró con Javi Galán (43% de las jugadas por ese costado).

El metraje del duelo no dejó en buen lugar a muchos figurantes del Madrid. Las persistentes pérdidas en la salida (ocho recuperaciones en zona ofensiva del Huesca), con Marcelo como uno de los protagonistas negativos, viciaron cualquier pretensión de dominar la escena. Isco y Ceballos, redimidos por el gol pero raquíticos en el juego, no ejercieron como arquitectos. Ambos fallaron a Zidane. A Marcos Llorente también le faltó un punto de profundidad en sus entregas. No hubo mediocampo en todo el primer tiempo. El Madrid sólo despuntó con las apariciones de Benzema entre líneas y algún fogonazo de Brahim. Sintomático resultó que Yangel Herrera, remedio de Francisco en el carril derecho tras cumplir el rato que jugó ahí contra el Alavés, viviese cómodo en una posición que no es la suya. Las correcciones de Zidane estructuraron mejor a su equipo tras la reanudación, con Llorente en el eje, pero no aportaron claridad. Los goles llegaron de aciertos aislados y no apelaron al buen hacer colectivo que sí tuvo el Huesca. Fue a por el triunfo hasta el final, sin conformismo alguno, pero la llegada de Zidane ha vuelto a cambiar la suerte del Madrid.

Ceballos, alejado

El Madrid padeció graves dificultades para sacar el balón controlado en el primer tiempo. Ceballos confundió muchas veces su posición y no ayudó a Llorente y la línea defensiva. Era Isco el que bajaba sin demasiado criterio.