Una resistencia de 365 días

Hasta la medianoche del jueves al viernes, en el horizonte se vislumbraba un derbi insípido, descafeinado, que muchos pericos confesaban que se iban a perder deliberadamente. Hasta que llegó, precisamente desde un programa (de humor, convendría no olvidarlo) llamado La Resistencia, un calambrazo que agitó el clásico catalán y removió un partido que había suscitado mucho más interés en China que en Barcelona: quién le iba a decir esto último al autor de la descarga, un Piqué que hace un año aventuraba que el club perico estaba “desarraigado” porque su dueño es chino. Hoy, en el país asiático, y según lo que nos cuentan los periodistas de allí que siguen el día a día de Wu Lei, la inmensa mayoría de la población futbolera prefiere que gane el Espanyol. Profético Piqué, bienaventurados los pericos.

Además de ponerle picante a un derbi insulso (¿cuánto se estaba hablando del equipo de Rubi en foros que no informen ya habitualmente de ello?), y de pronosticar la devoción china por un club que sigue 100% arraigado a Barcelona, debe el Espanyol agradecerle a Piqué la formidable campaña de marketing que le hace cada vez que lo menciona, con una visibilidad de páginas y páginas en la prensa, de horas en los medios de comunicación y de simpatía entre el millonario ‘target’ del club perico: todo aquel que no es del Barça. Una publicidad que no se paga con dinero, igual que sucede con el patrimonio del propio Espanyol. Un patrimonio, su gente, al que si una virtud caracteriza es, justamente, esa auténtica resistencia que ejerce no ante un desplante, sino 365 días al año. Empezando por este sábado.