Otra victoria de Ducati sobre la competencia
Tal como se intuía, MotoGP llega al GP de Argentina de este fin de semana con la confirmación de que el triunfo de Dovizioso en Qatar, por 23 milésimas sobre Márquez, es ya oficial y no sólo provisional. El Comité de Apelación de la FIM no le que quitó la razón al director técnico de MotoGP, Danny Aldridge, ni al panel de comisarios que en un primer momento echó atrás la reclamación de Aprilia, Honda, Suzuki y KTM contra el 'spoiler' trasero en forma de cuchara que iba anclado al basculante de la Desmosedici del italiano. Y yo me alegro de que así haya sido, porque el primero que no quería ganar en los despachos era el propio Márquez. Él fue el primero en reconocer que Andrea le había batido de poder a poder sobre el asfalto. Y punto.
Lo que estaba menos claro es si se le permitiría seguir utilizando a la fábrica de Borgo Panigale esa especie de cuchara con tres alerones en su interior, que según ellos sirve para refrigerar el neumático trasero, lo que a la postre le ha salvado para que no se considere específicamente un apéndice aerodinámico, incluso en el caso de que además proporcione tales beneficios. Y eso es otra victoria importante de Ducati sobre la competencia, la misma que en 2016 consiguió, supuestamente en aras de la seguridad, la prohibición de unas alas o alerones que ya le habían copiado, con menos éxito, y que luego se reinventaron en 2018 introduciéndolas camufladas en el carenado. Y eso es algo que también han imitado todos los demás después. Está bien que se quiera contener en gastos, pero, por favor, que no se limite el ingenio. Y en eso Dall’Igna y los suyos están por delante.