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España-Malta fue 13-1 pero el gol no subió porque Gordillo era "supersticioso"

Nueve goles en 37'. A toda una generación, los mayores de 40, no se nos olvida aquel 12-1 de España a Malta (21-12-1983). Fue lo más parecido a un título que habíamos vivido, la comunión general más grande alrededor de la Selección. Luego sufrimos amagos de éxito como la Eurocopa de Francia 1984 o el Mundial de México 86, para después, por fin, saborear el éxito en esa época gloriosa de la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Euro 2012. Pero aquel 12-1 del Villamarín fue un punto de inflexión en la fidelidad a La Roja. Tras marcharse al descanso con un 3-1, la misión de ganar por 11 goles de diferencia se antojaba poco menos que imposible, pero en 45 minutos aquella Selección, prueba fehaciente de la furia con la que siempre se les había apodado, consiguieron meter nueve goles y desatar la locura en los españoles, que se habían ido sentado delante del televisor al ritmo de los goles de Maceda, Rincón, Santillana, Sarabia y... Señor. No hicieron falta 45 minutos, ellos lo consiguieron en 37’: del 4-1 en el 46' al 12-1 en el 83'.

Las anécdotas. "Como un animal enjaulado", así definió el Lobo Carrasco a Poli durante el trayecto en autobús al estadio. "Saltaba y pensábamos que estaba loco", contó. Señor hasta falló un penalti en el minuto 2: "No queréis saber lo que me dijeron". Y llegó el gol de Malta y Buyo, entre risas, contó: "Era la única forma que tenía de salir yo en la tele aquel día". Los goles fueron cayendo. "Marcábamos y no lo celebrábamos, no había tiempo. En el octavo o en el noveno, Lobo y yo vamos a por la pelota y casi nos peleamos por cogerla", recuerda Camacho. El 12-1 fue el único gol que se celebró, todos en una montonera excepto Sarabia "que me fui a por la pelota por la inercia del partido". Todavía hubo un gol más, el decimotercero que anotó Gordillo, pero fue anulado. Días después le preguntaron que qué le dijo al linier: "Me fui a por él y le dije que había hecho muy bien en anular el gol 13, que yo era muy supersticioso". Arte. Un gol que el Gordo marcó desde la banda derecha. "Yo no sé qué hacía ahí. Yo creo que estaba huyendo de Camacho que me tenía asfixiado con tanto pase". Y se produjo la invasión del campo. "Cuando vi a la gente en el campo, empecé a ponerme nervioso y le di alguna patada a alguno, yo sólo pensaba: 'Con lo que hemos hecho a ver si nos va a sancionar la UEFA", relató Camacho.

El hijo del portero. En esta selección de hoy hay un portero llamado Henry Bonello, hijo de Jonh Bonello, el mismo que encajó los 12 goles. Henry ni siquiera había nacido entonces, como el resto de sus compañeros, salvo el delantero Mifsud y el centrocampista Briffa, ambos con 37 años. Una selección que dejó de ser amateur en 1984...