Ben Yedder, el goleador que le debe su precisión en el área al fútbol sala

Del fútbol sala. Wissam Ben Yedder (12 de agosto de 1990, Sarcelles, Francia). Es un especialista del hat-trick, cinco ha logrado con el Sevilla y dos de ellos a la misma víctima: la Real Sociedad. Lleva sólo ocho años como profesional del fútbol, porque hasta los 20 era jugador de fútbol sala en el Union Gargeoise y llegó a ser internacional con Francia. Al fútbol sala responde su velocidad de reacción en espacios cortos y su pegada letal en el área. Siempre pegado a un balón y metiendo el dedo en la Nutella, cuando le llegó la llamada en 2010 del Toulouse cambió la pista por el césped. Pero le costó y no fue hasta la temporada 2012-13 en la que se consolidó como futbolista y con Alain Casanova como su gran valedor.

La llave. En 2016 Monchi le reclutó para el Sevilla para sustituir a su compatriota Gameiro por 9 millones de euros (valor que en la actualidad ha subido hasta los 35M€). Tímido e introvertido, siente pasión por el equipo sevillista, un sentimiento que plasma como nadie en las Redes, a las que se asoma después de cada partido con elogios y admiración a la afición y con un guiño que siempre le acompaña #miarma. A pesar de sus extraordinarios números en el equipo hispalense (126 partidos y 66 goles), ha vivido periodos de ostracismo. Debutó con Sampaoli, jugó con Berizzo y Montella le desplazó al banquillo para apostar por Luis Muriel. Incluso a punto estuvo de salir por el interés del club en fichar a Batshuayi. "Nunca pierdas la paciencia. Es la última llave que abre la puerta", escribió el delantero el 21 de febrero del pasado año. Sin duda, ese es su lema.

El héroe de Old Trafford. Así, entre claros y oscuros llegó a uno de los partidos más importantes para el sevillismo: 13 de marzo de 2018, partido de vuelta de octavos de final de Champions en el mítico Old Trafford. El francés entró en el campo por Muriel en el minuto 72 y se convirtió en el héroe de la noche al marcar los dos goles que dieron el pase a cuartos en sólo cinco minutos. Esa noche venció su timidez habitual y sorprendió a todos cantando el himno del Sevilla.

Un bleu. Su otro objetivo es ser un habitual en las convocatorias de les bleus. Rechazó ir con Túnez para defender la camiseta de Francia y quiere limpiar su mala experiencia en la Sub-21, en la que fue expedientado por acudir junto a otros compañeros de selección, entre los que estaba Griezmann, a un club nocturno la noche antes de un partido. Tuvo la esperanza de ir al Mundial de Rusia, porque en los meses previos le llamó Deschamps. No entró, pero al seleccionador le gusta: “Tiene la capacidad de marcar cuando entra, tiene un perfil diferente”.