Me quedo con una frase de Courtois tras su pifia frente a Rusia: "Así es la vida del portero". Se supone que se refiere a dura, complicada, discutida, seguramente singular porque la de portero es, desde que el fútbol es fútbol, la posición que casi nadie quiere ocupar. Courtois fue el mejor portero del Mundial, sí, pero al llegar al Real Madrid todos los guardametas se enfrentan a una especie de tesis doctoral. Defender esa portería es como jugar con fuego.

Los números no salen a su rescate. Es cierto que en su tarea cuenta con los defensas como aliados, en el caso de los madridistas más despistados que de costumbre. Dice la estadística que Courtois mantuvo su portería a cero en un 31,1% de los partidos que jugó con el Genk (14 de 45), un 49,3% de los del Atleti (76 de 154), un 37,6% de los del Chelsea (58 de 154) y un 31,2% de los del Madrid (10 de 32). El borrón del jueves ante Rusia no ayuda, como tampoco el que Zidane apostara por Keylor en su rentrée blanca. Pero Thibaut dice sentirse fuerte física y mentalmente. "Lo que sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol". Esa frase no es suya, sino de Albert Camus. Otro que fue portero antes de fichar por la literatura.