A principio de temporada, Maurizio Sarri se sinceró con un colega de profesión. Su manera de intrepretar el juego pasa por establecer unos parámetros claros para cada jugador y por ello le encaja mejor un futbolista de cariz medio, pero con potencial, que una gran estrella. El italiano vio enseguida que sería complicado que Hazard se adaptara. “Voy a tener un problema con el belga”, dijo Sarri. Hazard no es solo el jugador más influyente del Chelsea, sino uno de los más determinantes de la Premier. En 29 partidos ha marcado 13 goles y dado 11 asistencias. Es su mejor temporada desde su llegada (2012), pero no hace lo que quiere Sarri; como el verso libre que es, no está hecho para las obligaciones.

Encaja mejor en un Chelsea con Ancelotti que en uno con Sarri, para entendernos. Por eso el técnico tiene sensaciones encontradas cuando analiza su campaña. Eden dijo en febrero que había tomado la decisión sobre su futuro. El Chelsea, que le ha ofrecido 300.000 libras semanales, sospechó que si el Madrid se dormía el delantero aceptaría la renovación antes de la primavera. Con la llegada de Zidane, la cosa se decanta hacia los blancos, pese a que la FIFA no tiene muchas ganas de congelar la prohibición de fichar de los blues.