Alonso acertó al dejar la F1
La vida allí sigue muy parecida. Los Mercedes intratables, Ferrari persiguiendo a los alemanes con el gancho y McLaren contemporizando para salvar los muebles.
Alonso, por tanto, hubiera seguido sin poder ganar. Y la victoria es lo único que tiene verdaderamente sentido para un piloto de su categoría, que conoce esa sensación única del triunfo, que aspira a seguir disfrutándola y que está capacitado como el que más para hacerlo. Sólo necesita un coche competitivo y él pone el resto. No es palabrería, lo ha vuelto a demostrar en Sebring y seguro que no será la última vez. ¿Es esto un consuelo suficiente? Diría que para el protagonistas sí porque refrenda lo que tan claro debe tener: en pista hay pocos más rápidos que él. Sus seguidores pensamos lo mismo, desde luego, aunque personalmente sigo lamentando que la F1 haya sido tan injusta con un campeón que merecía lucir un palmarés más deslumbrante y, por supuesto, continuar en esa élite del automovilismo mundial.