La vida sigue igual en la F1
La pretemporada de Fórmula 1 no ha aportado grandes novedades respecto al orden establecido que ya conocíamos de años anteriores. Ferrari ha cerrado los test de invierno con el mejor rendimiento aparente, aunque con Mercedes muy cerca y jugando al despiste. Así que más de lo mismo, cuando llegue la hora de la verdad, dentro de un par de semanas en Australia, los favoritos lo seguirán siendo y no da la impresión de que un tercero vaya a inquietarles realmente. Red Bull se dibuja también de nuevo como tercera formación en discordia, con las incertidumbres de un motor Honda que parece haber evolucionado pero no sabemos si lo suficiente como para representar algún tipo de amenaza para los más cualificados a día de hoy. Yo diría que no, pero habrá que esperar por si se produce una sorpresa.
En la clase media se afianza McLaren, el proyecto que ahora lidera Carlos Sainz. Las prestaciones, la fiabilidad y el tono general de lo visto en Montmeló invita a un ligero optimismo. Nada de lanzar las campanas al vuelo pero al menos sí se vislumbra un cambio de tendencia en la debacle reciente del equipo de Woking. Por algo se empieza y por supuesto que mejor así que el desastre de años anteriores. Las carreras son otra cosa, lo sabemos, veremos cómo digiere el nuevo monoplaza británico las exigencias reales de la competición y la prudencia es lo máximo que tolera el desencanto precedente. Con Sainz podemos tener más paciencia, básicamente porque su carrera deportiva le permite ir quemando etapas a un ritmo diferente al que se veía forzado Alonso. Así que con paciencia e ilusión esperemos que la evolución se consolide.