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El tuneado está saliendo muy caro

No jugó un mal partido el Madrid, pero perdió 0-3 porque el fútbol se discute por todo el campo, pero se concreta en las áreas, y ahí el color fue blaugrana. Vinicius produjo mucho, pero sus llegadas no encontraron rematador atinado. Dembélé produjo menos, pero en su primer desborde le dio gol a Luis Suárez, y el segundo acabó en gol en propia meta de Varane, en su intento desesperado de impedir un segundo gol de Luis Suárez. Y aún habría un gol más, en penalti claro y para mí precipitado de Casemiro sobre el propio Luis Suárez, que se permitió transformarlo a lo Panenka. En resumen, el Barça disparó dos veces a portería y marcó tres goles. Aun así, no se puede culpar al Barça.

El gol, el gol... Eso que se tiene o no se tiene. Eso no lo pone el entrenador, eso se compra y cuesta caro, pero más caro sale aún tunear un estadio tan grande como el Bernabéu, y para ese capricho hay que escatimar de otro lado. Hay que escatimar, por ejemplo, el sueldo de Cristiano, vienen bien incluso los cien milloncetes que te dan por él, y si acaso, para que no se diga, se compra a Mariano, y nos apañamos con Benzema y Bale. Y no, no es lo mismo. Por eso poníamos en As bbC, dos con minúscula y una con mayúscula. Y eso que Benzema ha dado, tras salir Cristiano, un paso adelante; a cambio, desgraciadamente, Bale es todavía menos de lo que fue, más frágil y más caprichoso.

De modo que el Madrid jugó mejor que el Barça, pero fue menos contundente. Tampoco hay que extrañarse mucho: llevamos 25 jornadas de LaLiga y el Barça ha marcado 65 goles por 43 del Madrid. El ataque del Madrid cuelga de Vinicius, cuya capacidad de desequilibrio es extraordinaria. Le pedimos que precise más al final, y va mejorando. Ayer le puso buenos balones a Benzema, Reguilón y Lucas Vázquez, que no fueron goles por poco, y hasta soltó un remate dos dedos por encima del larguero. Con mucho menos Dembélé permitió al Barça resolver un partido que le cierra al Madrid la puerta de la final de Copa, que parecía la salida más fácil para una temporada difícil.