Si ha llegado hasta aquí porque le ha llamado la atención el titular, deje de leer. Nada de lo aquí escrito podrá mejorarlo. Consejos aparte, vayamos al grano. Se cumple un mes de la llegada del nuevo atacante del Espanyol desde el lejano oriente y las sensaciones, pese a su falta de acierto con el gol, no pueden ser mejores.

El jugador chino llegaba con un cartel inmejorable desde su país: ‘pichichi’ histórico de la Liga autóctona y recién elegido como Balón de Oro chino. Oro bueno, no lo duden. Oro de Lei. Lo expuesto sobre el verde por parte de Wu Lei en este primer mes ha servido para vaciar la mochila de prejuicios del ‘Made in China’ con la que se da la bienvenida a todo lo que de allí procede. Ni todo lo que se importa es de imitación ni debe estar bajo sospecha de ser un cuento. Wu Lei tiene pinta de pelotero y su rápida adaptación al campeonato y al esquema táctico, casi indescifrable por momentos de Rubi, son la primera prueba de ello. El jugón de verdad no necesita tiempo, necesita un balón.

El win-win que tanto usan los expertos en marketing es en Wu Lei una realidad. El futbolista que más camisetas vende, agotadas ante la demanda del mercado chino, ha disputado cuatro partidos, siendo titular en los dos últimos, dando las noticias más positivas a una afición con el depósito de la ilusión casi vacío. Y todo, todavía sin estrenarse como goleador.