El caos del Madrid en la medular

La secuencia de los partidos del Madrid contra el Ajax, Girona y Levante tienen aire de trilogía fallida. Todo lo que había construido Solari, o parecía haberlo hecho, se ha corrompido, una realidad que ni el efecto calmante de la victoria puede ocultar. Contra el Levante, que sí hizo muchas cosas bien, fue un equipo sin forro, muy corto de fútbol y hasta falto de entusiasmo en las disputas individuales y para tener cierta organización táctica. Se presenta a la semana de los Clásicos con un barullo mental sobre lo que quiere ser y con un problema de orden mayor en el medio.

El Levante anunció la fragilidad general del Madrid en el sector interior. Casi todo su peligro lo fijó por dentro a través de Campaña, Rochina y Bardhi y las recepciones acompasadas de Morales y Roger. Casemiro no sabía dónde ir, en conflicto continuo por una opción u otra, y Modric y Kroos no estrecharon las vigilancias de los interiores granotas. Campaña encontró con frecuencia a Rochina y Bardhi (ocho y diez pases, respectivamente). Casemiro no llegó a ningún lado como confirma su dato de recuperaciones: una en todo el encuentro. El desabrigo de la medular no es una casualidad. Este síntoma repetido resulta más preocupante para el Madrid por lo que está por venir, con Messi suelto tras su exhibición frente al Sevilla. 

Desajuste permanente

Esta imagen corresponde al saque de centro del Levante tras el 0-1. Modric y Kroos saltan a por Campaña descuidando su espalda. Rochina y Bardhi están solos y Casemiro se queda en una zona intermedia. Rochina recibió y dio un pase en profundidad a Roger. El palo evitó el gol granota.