Unos Leones de nivel mundial

Después de una actuación arbitral o de una resolución disciplinaria perjudiciales, hay que levantarse y continuar caminando. Y no estoy escribiendo del Derbi y del Atleti, sino del rugby español. Hace un año, por estas fechas, rebosábamos optimismo. El Campeonato de Europa, también conocido como Seis Naciones B, clasificaba para el Mundial de Japón 2019. Los buenos resultados se fueron encadenando, con victorias ante Rusia, Rumanía y Alemania, y el rugby encandiló a los aficionados del país, más allá de sus fieles de siempre. Entonces llegó aquel último partido ante Bélgica, con el alevoso arbitraje de un rumano que daba el pase directo a Rumanía. Y después un cruce de denuncias por alineaciones indebidas que, en un negro 15 de mayo, dejaron fuera a los rumanos, a los belgas y al XV del León.

Entrar otra vez en consideraciones sobre la justicia de aquella injusta decisión ya no sirve de nada. Si el rugby mundial no tuviera la mala costumbre de coleccionar nacionalizados en sus selecciones, nada de esto hubiera ocurrido. Ahora hay que ponerse otra vez de pie. España comenzó este domingo una nueva edición del Seis Naciones B. Y lo hizo precisamente frente a Rusia, el país que heredó la plaza de la Copa del Mundo. Los Leones sometieron a los Osos en un gélido Central de Madrid, lejano al fervor de hace un año. Es el triunfo ante un equipo mundialista, como lo fue ante Namibia en noviembre. Aunque esta Selección ha perdido calidad y frescura con respecto a aquella, es obvio que mantiene el nivel para jugar el Mundial. Pero la historia ya no se puede cambiar. Hay que empezar a construir de nuevo.