El derbi del VAR, Solari y Vinicius

A los que temían maliciosamente que el VAR acabara con las polémicas (“la salsa del fútbol”, decían) ya se les puede decir que no hay cuidado. El descanso del derbi fue un hervidero de comentarios. Los madridistas reclamaban falta de Correa a Vinicius en el arranque de la jugada del gol de Griezmann, los atléticos veían la falta a Vinicius fuera del área. Dos jugadas ‘grises’, o no tanto, según para quién, así que prevaleció el primer golpe de vista de Estrada Fernández. Y ahí no paró la cosa: nada más regresar del descanso, el VAR anuló por una uña un golazo de Morata y al poco dejó pasar un penalti innecesario de Casemiro al propio Morata. Innecesario, pero penalti, visto con calma.

En paralelo con las apariciones o inhibiciones del VAR, que vino a ser algo así como un monstruo del Lago Ness caprichoso para ocultarse o mostrarse, discurrió un derbi de los de toda la vida, con pierna fuerte, pasión y buen tono general en las individualidades. Lo ganó el Madrid porque se colocó mejor, porque defiende bien (Reguilón ha taponado la brecha de Marcelo) y porque de los dos grandes balones largos del Atleti, sólo en uno, el que cazó Morata, hubo fuera de juego. Simeone salió con Correa y Lemar, para probar por los lados, pero no le funcionó. En la segunda mitad tuvo que tirar de Rodrigo y Vitolo, que estaban en las quinielas para titulares de salida.

Fue el derbi del VAR, y también el derbi de Vinicius, que volvió a jugar bien. En cada nuevo partido se le ven nuevas cosas, y siempre con el atrevimiento del primer día. Fue un puñal en el costado del Atleti mientras estuvo. Cuando descansó, para dar paso a Bale, sentimos todos que perdíamos algo. Bale, al menos, se hizo perdonar su presencia con un gol limpio, en un contraataque claro, vía Benzema-Modric. Ahí bajó la persiana un partido que va a añadir leña a la eterna cuestión arbitral, contra la que no hay tecnología que pueda. Un partido que ensalza aún más, por si hiciera falta todavía, la tarea que ha hecho Solari con este equipo, que luce cada día más seguro y poderoso.