De Ley del Deporte, a Ley Anti-Tebas

Este periódico tiene la costumbre de comer cada lunes, casi sin excepción, con el presidente de alguna Federación. Y no hace mucho celebramos un encuentro con los distintos portavoces parlamentarios de deportes, para comentar sobre la nueva Ley del Deporte. También pedimos a los ex secretarios del CSD consideraciones sobre lo que ellos entendían que debía mejorar o resolver la nueva ley. Pulsamos el sector, nuestros lectores lo saben. En nadie encontramos la preocupación por eso que el ministro llama 'monopolio': el contrato de LaLiga con diversas federaciones (ellas lo llaman patrocinio) para ofrecer sus deportes en 'streaming'.

No hace tanto, las federaciones aún pagaban a TVE para que sus deportes salieran en la tele. No sé si el bienintencionado ministro lo sabe. Frente a eso llegó la iniciativa de LaLiga, que les da un dinero y una visibilidad que les permite llevar publicidad. Hace algunos meses que escucho en según qué sectores que Tebas, con su actividad abrasiva y a su vez positiva, está arrebatando al Estado algunas de sus funciones. ¿Cómo puede ser que LaLiga resuelva la vida de algunas o, yendo a más, de muchas Federaciones? Eso me preguntan estos días. La respuesta es que lo ha hecho porque no lo hizo el Estado. Es lo que hay.

Tebas ha hecho cosas que nadie hizo, que sirven para el bien general, pero que inquietan por un lado al Estado y sus guardianes, a los que se les escapan las tortugas y no saben por dónde, y por otro a los egoístas del fútbol, léase Florentino. Para Florentino, España es el Madrid, el Madrid es España, LaLiga es una impostura y el palco del Bernabéu es un paraíso que despliega a los pies de Carmen Calvo, o quien proceda. Con esos supuestos, vamos a una Ley del Deporte que no piensa en los próximos 25 años, sino en las filias y fobias del eje Tebas-Florentino-Rubiales. Conviene que Guirao evite el palco del Bernabéu.