Una Copa para el pelotón
El pelotón ya había echado a rodar este enero en Australia, con el Tour Down Under, que también dio el pistoletazo al World Tour, y esta misma semana surca Argentina, en la Vuelta a San Juan. Dos competiciones que confirman la imparable globalización de este deporte. El ciclismo, sin embargo, tiene su cuna en Europa, donde se celebran sus grandes carreras. Ese calendario se abre este jueves con la Challenge de Mallorca, como ya es tradición. Ahí debutarán Alejandro Valverde y Mikel Landa. Antes lo hicieron Nairo Quintana, Richie Porte, Peter Sagan, Julian Alaphilippe… La próxima semana se estrenarán Geraint Thomas, Vincenzo Nibali... Y Chris Froome lo dejará para el 12 de febrero en Colombia. Poco a poco van entrando en acción todos los gallos, camino de los vibrantes escenarios de primavera y verano.
Mallorca también inaugura la Copa de España profesional, que aglutina a casi todas las carreras nacionales. La Copa arranca de la mano de la Fundación del Consejo de Ciclismo Profesional, formada por los organizadores, los ciclistas, los equipos y la Federación. El objetivo es dotar de mayor contenido a estas carreras. Las del World Tour no lo necesitan. Y las primeras del año (Challenge, Valencia...) prácticamente tampoco, porque en estos inicios los equipos buscan el buen clima y hay foco mediático. Pero las de mitad de temporada sí pasan más inadvertidas: Asturias, Madrid, Burgos... Y hasta el Campeonato de España, que valdrá doble. La Copa, que ya existía en Francia e Italia, nace sin patrocinador. Despacio. Pero anímense: en el simulacro hecho con los resultados de 2018, el campeón fue un tal Valverde.