Regresó el Espanyol, se esfumó la Copa

Muchos partidos en uno los que se vivieron en el Villamarín, que podrá seguir aspirando a albergar a su Betis en la final. Pudo más la consistencia, calidad y fondo de armario de los verdiblancos que las ganas de un Espanyol que hasta el minuto 94 compitió a un nivel que llevaba tiempo sin apreciarse, y menos fuera. Especialmente en la primera hora, se observó la mejor versión de un equipo que supo defender sin balón y estirarse con él, que practicaba el juego alegre de esos inicios ligueros que tan lejos quedan y que tenía mordiente. Y con Baptistao como goleador, por segundo partido seguido: ha marcado el brasileño más goles en cuatro días que en los cinco meses anteriores, justo cuando ante él se abre la puerta de salida.

Haría bien la plantilla en quedarse con ese primer tramo para no perder una autoestima que necesitará en su ya única pero crucial batalla de LaLiga, que pasa por visitar al Villarreal el domingo tras 120 minutos de desgaste. Se puede reflejar ese retorno del Espanyol en un Borja Iglesias que lo hace todo, incluso recolocar los cables al árbitro, un Víctor Sánchez que contiene y asiste o un Javi López que frena desde la izquierda al prometedor Lainez. Pero también deberá reparar en la pizpireta expulsión de Marc Roca o en esa fragilidad en los minutos finales que, poco a poco, va apretando una soga de la que debe liberarse cuanto antes.