En Nesyri, de una escuela de Rabat al gol a España que empujó su carrera

De la Academia. En Nesyri (Fez, Marruecos, 1 de junio 1997) tiene el honor de ser el fichaje más caro en la historia del Leganés. Cinco millones de euros le pagaron al Málaga del jeque Al Thani, que puso muchas trabas a su marcha, hasta el punto de que añadió una cláusula al contrato de su traspaso por la que el Málaga se guarda una opción de compra de 15M€ si el equipo de la Costa del Sol sube a Primera. Llegó al fútbol español de la mano de Manel Casanova desde la Academia Mohammed VI de Rabat con la que el Málaga tiene un acuerdo. Una escuela de fútbol sin ánimo de lucro promovida en 2008 por el rey Mohammed VI, que dispone sólo de categorías inferiores (hasta los 18 años). A En Nesyri le siguieron en años posteriores Hicham y Abqar. Su precio fue de 125.000 euros más unas variables por los partidos que jugara en Primera. Además, como contrapartida la Academia recibiría una quinta parte del dinero que ingresara el Málaga por su venta, de manera que de los cinco millones que pagó el Leganés, uno fue para esta escuela de talentos marroquí.

Pasó por Londres. Y la culpa de que En Nesyri acabara en Málaga la tuvo el frío de Londres. El Chelsea le había visto en un torneo y se lo llevó tres semanas a prueba, sin embargo, el joven Youssef no se adaptó ni a la ciudad ni a su clima y pidió volver a Rabat. Después llegó la llamada del Málaga, donde luce el sol. Comenzó en el Juvenil, desde donde pasó inmediatamente al Atlético Malagueño para saltar al primer equipo tras una pretemporada asombrosa a las órdenes de Juande.

Inversión y frutos. El gol que le marcó a España en el Mundial de Rusia (2-2) le dio el empujón definitivo a su carrera. “Reconozco que ese gol mejoró mi imagen”, dijo. Con el Leganés está empezando a despegar. Con sus dos goles al Eibar esta jornada suma un total de cuatro que le han dado siete puntos al equipo de Pellegrino, demostrando que la inversión tiene retorno. En Nesyri destaca por su potencia y velocidad y también por su juego aéreo, hasta 2,27m llegó para cabecear su segundo gol el sábado. Todos los entrenadores que le han dirigido coinciden en que es un diamante en bruto al que hay que pulir. “Creemos que puede ser un gran jugador. Si tiene humildad, puede mejorar muchísimo. Depende de su mentalidad”, ha dicho Pellegrino. Y en este proceso tiene mucho que decir su compatriota Nabil El Zhar, su padrino desde que llegó a Butarque. El mismo papel que antes había tenido Amrabat en Málaga. Comparte piso con un juvenil marroquí y le dedica los goles a su sobrino Amir, dibujando una A con sus manos.