Mateu Alemany dijo lo que tenía que decir y hasta donde podía, que bastante es con la que está cayendo; con talante de ejecutivo y no de forofo, respetando a la afición y bajo la exigencia del Valencia. Respaldó a Marcelino, apostillando que no era solo su opinión sino la consensuada por el club (Lim incluido). La coyuntura, eso sí, solo le permitía prolongar “a corto plazo” tal apoyo al proyecto del asturiano, que es también el suyo, es decir, les urge ganar de una santa vez y ganar, ganar y volver a ganar.

El proyecto de Marcelino sigue en vilo. A fin de cuentas Lim tiene dudas como muchos aficionados y el respaldo de Anil Murthy es tan firme como arenas movedizas, un presidente que por cierto ha delegado en su discípulo Sean Bai coordinar la remodelación de la Academia y no en Pablo Longoria, que sería lo lógico atendiendo a que uno es Director de Área de Fútbol y otro de la Oficina del Presidente. Curioso y llamativo a su vez. También el día elegido para anunciarlo.

Juego de Tronos al margen, el Valencia necesita ganarle al Valladolid y eso no depende de Alemany ni Anil e inclusive tampoco mucho de Marcelino. Este es un partido básicamente de jugadores y a ellos les influirá el talante de Mestalla. En juego, que reine la continuidad o la improvisación. Y ésta última no es el fuerte de Lim.