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La dificultad de poseer un lateral zurdo diferencial

Las garantías son casi inexistentes en el fútbol. Buscar a un lateral izquierdo bajo la premisa del éxito asegurado es un deseo cercano a la utopía. Pero el Real Madrid tiene vigilado a Júnior a sabiendas que sus carriles necesitan un futuro que marque las exigencias de un club candidato a todo en cada inicio de temporada. ¿Puede Júnior consolidarse como uno de los mejores lateral zurdos del mundo en los próximos años? ¿Puede ser un buen sucesor para Marcelo? Esas preguntas no obtendrán respuestas llenas de garantías, pero en cierto instante el riesgo deberá ser tomado en la elección de uno u otro candidato. Surgirán más, sin duda, pero la irrupción al primer plano del carrilero del Betis resultó una atracción para el fútbol español. Esquivó la presión de dar un salto desde Segunda División B hasta Primera el pasado curso y lo solventó con nota. La misma que reflejó esta campaña al mando del carril izquierdo en su momento de confirmación.

El Real Madrid quiere presente y futuro. Y las bazas existentes sobre la mesa resultan tan llenas de incógnitas como lo era la aparición de Marcelo desde Brasil hace ya numerosas temporadas. Júnior es valentía. También garra, pundonor y potencia. Sus virtudes, englobadas dentro de un sistema de cinco defensas que no varió desde su aparición, resultan significativamente eficaces para Quique Setién en el Betis. Se reflejó en el Camp Nou. También en otros escenarios en los que mostró que le gusta vivir más cerca del área enemiga que de la propia. ¿Hasta qué punto es eso reflejo de un estilo de juego colectivo o de las cualidades propias? Sí hay una realidad que difícilmente encuentra barreras en el fútbol actual. La progresiva desaparición de los extremos puros entrega un rol protagonista de altos grados a los laterales. Sea cual sea el sistema de juego. Son tan decisivos que garantizar el talento en esa posición es letal. Júnior lo es en el Betis. ¿Puede serlo también en el Madrid?