'Catenaccio' blanco y psicodrama giallorosso
Cuando El Shaarawy dejó el campo alargando todavía más la lista de lesionados giallorossi, en la delantera quedaban Ünder, Zaniolo, Kluivert y Schick. Cuatro chiquillos talentosos, pero con una edad media de 20 años: esperar que fueran ellos a sacar al Roma de su crisis de resultados era complicado. Más que nada porque, como ya comentamos, las dificultades del equipo de Di Francesco están casi todas en su cabeza. Y la absurda, increíble ocasión que tiró Ünder antes del descanso es la perfecta descripción gráfica del momento.
Eso sí, en la primera parte, a pesar de la catarata de mala suerte, el Roma volvió a jugar bien, a crear peligro. Por momentos hizo temblar al Madrid, que en un templo del deporte italiano como es el Olímpico, utilizó el antiguo y efectivo plan de ‘catenaccio’ y contragolpe. Aguantaban, los de Solari, y en las gradas los tifosi se desesperaban. Sabían que fallar tanto ante los blancos siempre pasa factura y Bale se lo confirmó nada más comenzar la reanudación.
El Roma mereció mucho más, sin duda, pero para sus hinchas eso no fue suficiente. Pitos y cánticos (entre ellos, el equivalente de ‘echarle cojones’) acompañaron a los vestuarios al conjunto italiano, que rompió su maravillosa racha europea en casa con este 0-2. Hay vida, sin embargo, detrás de la derrota: en los primeros 45’ se vio, en algunas jugadas, la fuerza del equipo que llegó hasta la semifinal eliminando al Barcelona. Y a saber como habría acabado hoy con los lesionados Pastore, De Rossi, Perotti, Pellegrini, Dzeko...