El Sevilla en cabeza, River Plate en cola
Después de trece jornadas, el Sevilla es líder de LaLiga. Trece jornadas son un tercio del total, digamos que tiempo suficiente para haber visto las cartas de cada cual. Hace cuatro días estuve allí, en el bonito acto de reconocimiento a Pablo Blanco, y en algunos corrillos se hablaba de la posibilidad próxima de este liderato: “Si el Barça no gana y nosotros sí...”. Y hasta había quien se atrevía a soñar con el título: “¿No lo ganó el Atlético hace poco?”. En efecto, y no estamos en tiempos tan intratables ni del Madrid, que ha perdido a Cristiano, ni del Barça, que mantiene a Messi pero ha perdido aquel juego excelso que paralizaba a los rivales.
El Sevilla cambió con el Centenario. No he visto otro club en el que ese suceso resultara tan inspirador. Se notó ya en el himno, y enseguida en todo lo que vino después. Llevaba 32 años sin conseguir un título, pero se familiarizó con la Europa League y se ha instalado en el ático del fútbol europeo. No gana la Liga desde 1946 (es la única que tiene), pero lleva años haciendo las cosas bien, ha acertado con el portero y el goleador y si está delante cuando ha pasado ya este número de jornadas tiene todo el derecho a soñar. Tebas estará feliz: él buscaba esto, un campeonato en el que los dos grandes no se pasearan. Ya lo tiene.
Pero no me olvido del disgusto que nos llegó de Buenos Aires. ¡Tan contentos como nos dejó el partido de La Bombonera! Me pareció que prestigiaba al viejo y querido fútbol argentino y a la Copa Libertadores. Quizá nos dejamos llevar por el romanticismo, confundimos deseos con realidades. Al fútbol argentino le debemos Di Stéfano, Maradona y Messi, más una manera singular de escribirlo, de contarlo. Pero esa chusma emboscando el autobús de Boca nos tiró el tenderete de la ilusión abajo. Tampoco la CONMEBOL ha estado a la altura. Una cosa así no tiene más salida digna que una sanción drástica, que no se atrevió a imponer.