Todo es resultadismo, Simeone
No se trata de jugar al tiqui-taca. Eso no te gusta a ti ni le agrada a los aficionados del Atleti en general. No se te pide que hagas un cambio radical y que tu equipo juegue como el de Guardiola. No se te pide eso, Simeone. Se te reprocha que, jugando de local, en ese maravilloso estadio que ha construido el Atleti, metas el equipo atrás y le des la pelota al rival. Ni aunque el adversario sea el Barça. Ver al Atleti encerrado en su mayestático coliseo produce malestar. Escama. De verdad, Simeone.
Nadie duda que lograrás el objetivo que te marca Gil Marín, que es clasificarte para la Champions, o sea, ser cuarto mínimo en la Liga, y pasar la fase de grupos de esa Champions (lo has logrado siempre salvo el incomprensible traspiés del año pasado ante el Qarabag aquel). Nadie duda de eso, Simeone. Conseguiste el objetivo cuando los recursos eran escasos y ahora que cuentas con crédito y Gil Marín te da y te ficha todo lo que le pides, la empresa de ser tercero o cuarto es más sencilla. Por eso, ver a tu Atelti encerrado contra el Barça hace daño a la vista. La diferencia, hombre por hombre, es escasa, salvo Messi, y no hay manera de explicar tanto respeto, Simeone. Pero encerrarte en el Metropolitano y no ir a por el rival no mola. Si el Atleti gana (como un rato tras el gol de Costa de pelota parada), se deja pasar porque todo es resultadismo. Si se pierde o se empata, como pasó con el gol de Dembelé, pues se te reprocha, porque todo es resultadismo. A tus devotos tampoco les gustan tus planteamientos si no ganas, aunque no lo reconocerán jamás porque tú eres dios para ellos. Estuviste muy cerca de ganar a Messi en la Liga, Simeone. ¡A ver si en la vuelta puede ser!