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A Benzema le sienta mejor el disfraz de Zidane que el de Ronaldo Nazario

Le 'K' Benzema. Ese es el nombre del recomendable documental sobre Karim, que se puede ver hace tiempo en Netflix. La K, en francés, hace un juego de palabras con el caso Benzema, referido al affaire Valbuena y lo que supuso desde su salida de la selección hasta su paso por el calabozo. Invita a la reflexión sobre el sufrimiento del futbolista que no se ve. En realidad, es un repaso a toda su vida deportiva desde los orígenes, donde ya se vislumbraba un delantero diferente, de una generación mágica, que sufrió lo indecible por aquel caso y donde se descubre a un hombre orgulloso, incluso sorprendente, capaz de tocar la puerta del despacho de Mourinho, después de llamarle "gato" para exigirle que no le volviese a llamar así.

La mezcla perfecta. En ese mismo documental, Florentino Pérez narra el conocido episodio de cómo fue a ficharle a su casa y le define como "una mezcla entre Ronaldo Nazario y Zidane. Esa mezcla fue la que me enamoró de él". En Vigo se pudo ver una de las mejores exhibiciones de Benzema como jugador del Real Madrid. Su segundo gol recordó a aquel mítico de Zidane frente al Deportivo en el Bernabéu, en el que pareció estar bailando con los defensas, hasta encontrar la portería. Ese disfraz de segundo punta siempre le sentó mejor que el de goleador y aunque nunca tendrá la portentosa elegancia de Zizou, sí es capaz de desempeñar ese rol. La falta de continuidad y estar demasiado consentido siempre jugaron en su contra. Lo que pocos saben es que el dossier para fichar a Benzema estaba sobre la mesa de la dirección deportiva del Santiago Bernabéu desde la época de Ramón Calderón. Aquel informe lo hizo un ojeador llamado Julen Lopetegui.

La coctelera de Isco. No debe ser fácil vivir en la cabeza de Isco Alarcón en este último mes, que ha pasado de estandarte a prescindible. Lo curioso del caso es que Luis Enrique también parece de los que prefiere darle galones al malagueño en la Selección, como titular indiscutible. Manejarse en esa montaña rusa como forma de vida.

El sistema Solari. Cambiar la inercia y el viento en sólo cuatro partidos tiene un mérito indiscutible. El partido de Vigo ha supuesto un golpe en la mesa y ha constatado ese cambio, donde Benzema brilla, Ramos impone galones y Lucas Vázquez representa como pocos al futbolista que pasa de sospechoso a importante. Al Madrid le ha cambiado por este orden: la sonrisa, la puntería, la suerte y la seguridad que otorga no jugar con el peor Varane y con el desequilibrio, en todos los sentidos, de Marcelo.