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La flor también se trabaja

Entiendo que se hable de algo de suerte en el gol provocado por Vinicius Junior pero la fortuna también es parte de este deporte. En este sentido, el cambio de entrenador puede ayudar a quitar este sentimiento que había dentro del vestuario y que dejaba pensar que al Madrid le había mirado un tuerto. Se jugó mejor contra el Levante que contra el club ahora presidido por el gran Ronaldo Nazario da Lima pero en el primer partido se perdió y en el segundo se ganó. Un hecho que sólo puede empujar a creer que la mala suerte se ha ido a otro lado. Como siga así pronto se dirá que Solari ha heredado de la "flor de Zidane" pero se olvidará mencionar que la famosa flor se riega dentro de la cabeza del míster y en el césped de los terrenos de entrenamiento de Valdebebas. Porque más allá de los seis goles que ha marcado, en dos encuentros, el Madrid dirigido por el técnico argentino no ha encajado ninguno. ¿Suerte? ¿Casualidad? ¡Por supuesto que no!

En sólo unos días Santiago Solari ha conseguido aportar su toque personal e influir directamente en el juego del equipo. Más alegría delante, más seguridad atrás. Hasta tal punto que los defensores y los porteros reconocen en privado que se sienten más tranquilos. Porque Lopetegui imponía su dogma de la posesión y de una salida de la pelota en corto que, a veces, estresaba a los jugadores de atrás. Con Solari se sienten liberados porque ahora arriesgan menos y tienen el derecho a pegar una patada para desahogar la defensa. Lo que provoca una verticalidad que beneficia también a los delanteros.