De Burgos controló el partido y acertó con las tarjetas
Amarillas. De Burgos Bengoetxea tuvo un comienzo de partido con curvas. Dos amarillas más que justificadas. La primera, la de Javi Sánchez, es de las faltas que suele hacer mucho Casemiro y consigue casi siempre que no le amonesten. En el caso del canterano del Madrid, se tiró al suelo y se lo puso muy fácil al árbitro. Igual de fácil lo tuvo dos minutos después con una patada de Chakla a Reguilón que, como mínimo, era amonestación. Con el primer gol del Madrid, el nivel de faltas bajó y facilitó la labor del colegiado. Acertó, por ejemplo, al no amonestar a un jugador del Melilla por un pisotón involuntario a Lucas Vázquez.
Fueras de juego. Sus asistentes también estuvieron más que correctos. En el primer gol de Benzema, el francés estaba en posición correcta porque estaba detrás del balón. Gran arbitraje anoche.