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Real Madrid, cuesta abajo en la rodada

Cuesta abajo, en la rodada, el Madrid perdió en el Bernabéu ante el Levante, ese equipo bien urdido por Paco López en el que brilla la explosión tardía de Morales. El partido, en realidad, se resolvió en doce minutos: primero, un pase largo a Morales que se va de un blando Varane, quiebra a Courtois y marca; y después, Varane mete la mano a un balón que se llevaba Roger y el VAR dictaminó que la mano fue sobre la raya. Penalti, pues, y segundo gol. Un Bernabéu atónito asistía a lo que amenazó ser un derrumbe terrible, porque el equipo apretaba, pero el Levante se sentía seguro atrás y soltaba contraataques muy bien calculados.

Y todo salía mal. El penalti primero era golpe franco hasta que el VAR lo convirtió en penalti; pronto marcó el Madrid, el árbitro dio gol tras consultar con el asistente, dio gol... y el VAR lo anuló. Un aire de catástrofe y maleficio se adueñó del campo y de las piernas de los madridistas. Lo que mejor resistió fue el Bernabéu, malhumorado, pero que no tradujo su enfado en una bronca en proporción con lo que estaba ocurriendo. El equipo lo agradeció con un segundo tiempo de menos a más, en el que aprovechó la fatiga del Levante y, fortalecido por los cambios, volcó el campo sobre Oier. Se acabaron las salidas del Levante.

El saldo final es equívoco. El Madrid se mostró vivo al final y mereció dar la vuelta al partido. Quedan tres palos, dos goles anulados, once paradas de Oier (ninguna de Courtois) y quince corners.... y un solo gol, de Marcelo. Pero frente a eso está el dato tozudo de que ya son cinco partidos sin ganar y a Lopetegui se le pone en solfa desde el propio palco. Pende de un hilo, le mantiene la perspectiva del Clásico, la prudencia de no estrenar entrenador en estas vísperas. Un desastre, en fin. Florentino le contrató como sexto plato, tras recibir cinco noes previos, desmanteló la Selección a dos días del Mundial y ahora resulta que...